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casiazul

Desde mi ventana

Desde mi ventana

Comienza el día. Gris, con las neblinas abrazando las encinas. Con la humedad colgada del aire.

Desde mi ventana un entramado de rejas, pergola y ramas desnudas y frías de almendro.

Los perros ladran desde este lado de la valla a los pocos y habituales paseantes del camino. Sus perros les alertan y les alteran, a partes iguales.

Supongo que mi vecino maldecirá el día en que aparecí con un enorme cachorro... Ahora las pequeñas van creciendo lentamente y se harán enormes, mientras el fantasmita sigue siendo un pequeño pañuelo que no crecerá más.

Pareciera que mi mundo solo gira en torno a los perros. Pero, por desgracia, no es así. Simplemente dejo de mirar lo que no me gusta. ¡Y hay tantas cosas!

Desde mi ventana veo un poco de cielo, pero me bastaría salir a la entrada de la casa, para ver medio firmamento. El otro medio está detras de mí.

El mundo y sus preocupaciones, el mundo y sus bellezas.

No entremos en tópicos, mis amigos. El año no comienza hoy. El tiempo sigue su camino y nosotros lo miramos desde nuestras cuencas opticas y lo sentimos pasar en nuestros huesos... El año es un invento para medir la vida, pero la vida no se detiene por nada ni por nadie...

He dejado atras dos tercios de la supuesta vida que me corresponde. Pero no quisiera apurar el tercio estadístico que me falta... Es más, espero no apurar tanto el buen vino de la vida que llegue a tomarme el trago más amargo que queda en el fondo del vaso... El tiempo al tiempo, la vida a la vida. Y yo a mis perros, mis libros y mis amores...  Lo demás es silencio.

 

 

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