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casiazul

Se quedaron y partieron a la vez

Se quedaron y partieron a la vez

Llegaron los sesenta, con un ramo de flores enorme, dos hijos sonrientes y una tarta con mi Frodo en ella. Llegaron para quedarse, evidentemente. Y para hacerme sentir especial y feliz, a pesar de todo, contra todo...

Fueron unos días felices, unos momentos maravillosos. Por lo redondo de la cifra, por su implicación.

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Pocas firmas, al hilo de los sesenta, han sido tan importantes en mi vida. Firmé un matrimonio y una separación. Firmé una hipoteca (dos, mejor dicho) y hace poco firmé la solicitud que cambiará mis horarios, mis tiempos, mis días y mis noches. Firmé para dejar de ser lo que he sido, lo que aún soy.

Aunque en realidad dudo mucho que pueda dejar de ser lo que soy. Tal vez cambien los horarios, las tareas, las formas, pero el fondo será el mismo.  Me sospecho que nunca dejaré de ser maestrilla. Esos tics no se irán.

Bueno, por el momento sigo estando en la tierra de nadie que hay entre dos fronteras. No termino de cruzar hasta que llegue el 30 de Junio. Entonces, oficiosamente, se acabo. Oficialmente será el 31 de Agosto (he querido respetar cusros completos, como siempre ha sido).

Mis años se miden por cursos. Eso será difícil de superar. 

Pero ya no dependeré de las vacaciones infantiles, de los puentes, de los días cansados y de los días hermosos.

Sus sonrisas, sus complicidades... ¡Cómo voy a añorar esas miradas brillantes!

El tiempo no perdona... A cada día su afán.

 

Frodo, al final de sus días. Casper, al principio de su aventura vital a mi lado. Principios y finales, finales y principios. ¿Donde empieza la vida y donde acaba? ¿Donde empiezo yo la nueva andadura y qué hago con el tiempo pasado... ?

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