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casiazul

De película

De película

Estábamos ya junto al edificio del cabo Finisterre, junto a los inevitables puestecillos de recuerdos, cuando el sonido de un pequeño tractor me hizo girar la cabeza hacia la carretera. Una mujer subida en su bicicleta, blanca y limpísima seguia el lento paso del tractor, casi una simple mula mecánica.

El hombre hizo el gesto de la victoria cuando vió, entre los coches, la cruz que marca el final del camino. Y después de varias maniobras consiguió aparcar el tractorcillo y su remolque, entre las miradas curiosas de los que allí estábamos. Y entonces descubrí la parte trasera del remolque, donde rezaba, entre las señales de velocidad obligatoria y de peligro, vehículo lento, unas palabras que me dejaron con el alma en vilo hasta que las asimilé: Camino Jakobus 2011. Zurich (Suisse)  Cap Finisterre (Esp) 

Lo de el alma en vilo lo digo por que la dueña de la bicicleta y el conductor del tractor tendrían los sesenta bien cumplidos y los setente no andarían lejos...

Supuse, pues, que habían hecho el recorrido de más de tres mil kms. en esos vehículos. El orgullo de haber llegado se reflejaba en sus ojos, en la alegría de sus rostros, y en sus vehiculos y sus ropas limpios y relucientes, lo que implicaba una cuidadosa preparación para ese momento especial en un viaje ya muy especial de por sí:La llegada al final del camino, al final de la tierra... Toda una metáfora de vida y esfuerzo.

Y, lo que ya me arrugó el coranzón del todo fue algo que hizo el hombre nada más aparcar: metió medio cuerpo en el carromato y sacó una perrilla canela, de tamaño mediano, que comenzó a corretear alrededor de sus dueños... Una perrita suiza que no entiende de fronteras, de símbolos, de banderas. Una perrita que fue cogida en brazos por su dueña y premiada con besos por sus dueños, que de esa forma la felicitaron por haber soportado tan largo viaje y por haber conpartido con ellos una experiencia que supongo maravillosa.

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