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casiazul

Spin

Spin

Mientras caé la tarde lluviosa termino de leer Spin.   "... se acabó de imprimir en un día de primavera de 2008 en..."

Así, tan poéticamente termina la novela de ciencia ficción que me ha tenido ocupada estos últimos días de vacaciones.

Hacía unos meses que la había empezado, pero siempre se interponían otros libros, otras novedades. Inicialmente me costó entrar en la historia, no me atraía lo suficiente como para engancharme a su lectura. Pero a mitad de libro, justo cuando estaba a punto de abandonarla definitivamente algo me atrajo: el deseo de saber un poco más de los Hipotéticos, seres que aparecieron como dioses  protectores y manipuladores a la vez.

Y le fui pillando el truco a la narración, la misma historia contada en pasado y en presente, hasta que se llegan a unir en un final que me ha dejado otro título para comprar: Axis.

Hacía muchos libros que no elegía la scfi como temática de lectura. Este libro traía como referencia su premio Hugo 2006. No suelo fiarme mucho de tales propagandas. (Pocos Planetas he leído, la verdad...) Me pudo la curiosidad, aunque mis intereses ya no están tan cercanos a la especulación futurista. Debe ser la deformación de haber leído tanto y tanto de Bradbury, Ballard, Huxley, Asimov y todos los escritores del olimpo galáctico. No desprecio las buenas películas ni los comics con esta temática, aunque me cuesta encontrar "mirlos blancos" ultimamente.

Y aunque Spin no es lo que hubiese deseado, se deja leer y hasta me han entrado ganas (con resevas, eso sí) de leer su continuación.

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Por lo demás, Menta está sentada junto a mí. Hoy la he dejado entrar en casa y pasar un rato junto a Urko y Farah. Se coloca a los pies de mi sitio en el sofá. Sabe que no se puede subir en él y el otro está ocupado por los dueños indiscutibles del interior de la casa. Y ahora mismo duermen los tres, con su respiración suave y lenta, mientras las llamas bailan en la chimenea y las letras en la pantalla.

 

2 comentarios

La dama -

Gracias, Ángela, por leer y recordar a Urko, que sí, que se va librando de momento de más pinchazos y que juega como un cachorrito en cuanto pasamos un rato juntos en el patio.
Y me entra la nostalgia al leer tu nombre y recordar a otra Ángela, allá, en los albores del instituto Pignatelli en Zaragoza...

Ángela -

Me alegra mucho que Urko siga contigo y me encanta tu ternura al hablar de y sobre tu "manada". Ellos se la merecen... Y tú también.