Zapatitos azules

Así calzaba mi niña el sábado los zapatitos azules de su hermana (algo azul, algo prestado)...
Así de bellos sus pies y los de sus sobrinitas postizas.
Se casó mi pequeña, mi mediana, según ella. Tanto da un minuto arriba otro abajo.
Se ha casado y yo he visto su sonrisa y he llorado un poquito en algunos momentos. Pero como soy de suyo reservada, las lagrimas fluyeron, como un río incontenible, en casa, cuado leí detenidamente el brindis que no llegó a leer completo en la ceremonia. A solas, como suelo llorar. ¿Para que dar espéctaculo con los sentimientos más íntimos, más profundos?
Esas lagrimas fueron de felicidad, de emoción en estado puro, de agradecimiento y, por que no, de catarsis...
Radiante, con la misma sonrisa de su hermana gemela, con su misma belleza, las dos compartieron zapatos para ese día, las dos de azul en las flores y en los detalles. ¿Será, será que les gusta el azul como a su madre?
Azul mediterráneo. Azul cielo, azul cian, azul celeste, azul brillante, azul marino, azul añil, como el azul que va a encontrar en las islas griegas.
Están surcando el Egeo, cual Penélope y Ulises, en un viaje azul... como los ojos de su emocionado padre.
Se ha casado mi niña y yo he llorado, que le vamos a hacer...
4 comentarios
la dama -
Entiendo que el padre es ud...? Suerte y ya me contará si se ajustó al calendario el feliz advenimiento.
erximixo, quien si no... -
La dama -
Gracias...
Carmen -