Tomates, sandías y algún día...

Se acaba el verano lentamente. Apenas una semana para que los lunes vuelvan a ser lunes y los fines de semana empiecen a tener su sentido de descanso.
Pocos tomates he tenido este año, la verdad. Y las sandías no crecieron apenas un palmo de diámetro y se han perdido en la mata, sin llegar a ser. La huerta ha sido un desastre total, pero no he sido la única. Parece ser que este año la crísis horticultora ha sido muy frecuente en los alrededores.
Comienza un nuevo curso, que no sé como afrontar, si con la rabia que da las injusticias permanentes que han sido y seguiran siendo o con el pasotismo imperturbable del que nada espera y nada quiere hacer ya.
Estoy rumiando el lema que voy a escribir para poner en la cocina y leerlo todas las mañanas. Porque está visto que algo debo leer todas las mañanas para poder salir a la calle. Lo que no sé es si será algo absolutamente positivo para darme ánimos o, literalmente, algo negativo y terriblemente real para salir con la nube negra sobre la cabeza y que no me pille por sorpresa la realidad que me encuentre fuera del abrazo protector de la casa y los perros...
Se admiten lemas y opiniones...
La imágen se llama: unidos contra la adversidad no hay enemigo que pueda con nostros...
2 comentarios
pau -
La foto... una maravilla, de calendario diría yo.
carmen -
Creo que voy a tratar de volver a tenerla más presente.
Gracias y saludos