El cazo de Lorenzo

A veces cosas tan dispares como la magnífica musica de una magnífica película y un libro tierno y triste a la vez, hacen que ver y escuchar se conviertan en un pequeño placer, minúsculo, como saborear una fresa empapada en azúcar o besar a un niño que llora en los ojos para secarle las lágrimas saladas y transparentes...
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