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Clásico

Clásico

Doy por concluido el verano. He terminado el clásico que he estado leyendo durante todos estos meses en los que el calor acariciaba la piel y el sol hacía de las suyas. Ahora sí que ha terminado esa larga estación que me ha traído y llevado por los caminos de la felicidad y la desesperación (según el ánimo de cada momento). "Soy un gato" ha sido mi libro de cabecera, el de los atardeceres suaves y el de los últimos y gratos soles del inicio del otoño. Hoy he visto como su autor acababa con la vida de ese tierno minino. De alguna forma tenía que terminar y, desde luego para un gato sin nombre, nada mejor que una muerte estúpida. La metáfora está servida... Es un libro denso, esperpéntico por sus personajes, incisivo por sus reflexiones y muy cruel con la raza humana. Un análisis que se puede aplicar a estos tiempos nuestros, lo que le hace ser un libro clásico, que se podrá leer dentro de otros cien años y seguirá teniendo sentido. Por que los hombres no cambian, aunque lo hagan sus circunstancias... Lo esencial del ser humano está aquí, frente a la mirada inquieta y socarrona del gato anónimo y frente a nosotros, actores y espectadores a un tiempo de la vida y sus avatares. ...................... Pido disculpas por los atroces desaguisados (ortográficos) de las últimas entradas. Mi cabeza a veces no está por lo que está... ................. Y entre gatos, perros, algún viaje y filosofías baratas sobre la vida, he leído un montón de libros y comics este verano, que ha sido fructífero en lecturas y en la cosecha de la huerta. ¿Qué más puedo pedirle a un verano?

Jerry, mi querido Jerry.

2 comentarios

La dama -

La verdad es que el libro termina de una forma abrupta.
Después de observar atentamente una larga disquisición sobre el futuro del hombre, el pobre gato cae a una tinaja de la que no puede salir.
La verdad es que da pena, después de compartir tropecientas páginas con el gato, ver ese final absurdo... Pero como el libro hay que leerlo casi, casi, en plan metafórico... pues eso, que es una pena.

pau -

Poco más, pero eso de matar a un gato, el de uno... es algo cruel, ¿no te parece?