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casiazul

El fideo

El fideo

Hace tiempo que un fideo

atormenta mis comidas.

Es un fideo normal,

ni largo ni corto,

ni ancho ni estrecho,

tiene la justa medida

de un fideo vulgar. 

Este fideo tiene

una manía especial:

no se deja comer,

se las apaña para escapar

a su instante final. 

Sentada frente a mi sopa

apuro el plato golosa

y entonces, el muy traidor,

aparece de sopetón. 

Ahí está, risueño y burlón,

ni gordo ni flaco,

ni corto ni largo.

Dispongo la cuchara,

preparo el paladar...

el muy astuto me mira

y desaparece sin más. 

Miro y remiro;

el traidor escapó,

pero estoy segura, ¡lo sé!,

que en la próxima sopa

volverá a aparecer.  

¿Cómo atrapar

este fideo tan informal

que se burla sin piedad

de este pobre mortal?

¿Dónde se esconde

cuando en mi plato no está?

 Seguro que un día,

cuando me canse de la sopa,

su visitante descortés

me gritará que quiere volver... 

Será ya tarde,

pues una patata frita,

dorada, sabrosa y crujiente,

aparecerá junto a mi filete

y no se dejará pinchar...                      

                                                                                                                     

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