Felicidad

A cuanta gente se le olvida que la felicidad no se compra. Que es un estado, un camino de búsqueda, un instante en medio de una eternidad.
Pero no sigo por ese camino.
Quiero saludar con todo mi afecto a Rafa, mi poeta favorito, que ha regresado y con quien no hay manera de ponerse en contacto a través de su blog. Rafa, me alegro que ya estés de nuevo en el camino... con rodillas y con corazón.
A Mon, que me alegra y hace reir con sus comentarios y consigue ponerme seria cuando ella se pone seria.
A Luis, que sigue haciéndome pensar y me anima a contestar de vez en cuando a sus mensajes hechos de inteligencia y cordura.
A Tolo, que regresó del fin del mundo después de dos años y vendrá a mi isla unos días.
A quien él sabe, que me sigue y persigue, como el fideo de mi sopa, siempre hiudizo y siempre tan deseado.
A mis peques, que me ayudan sin saberlo, aunque les haga poco caso.
A mis perros, que me dan disgustos y alegrías a partes iguales.
Y al resto, si es que hay alguien por ahí, sólo les pido que sean todo lo felices que les dejen las circunstancias. Que atrapen al vuelo los buenos momentos y dejen escapar los malos humos.
Yo intentaré seguir mirando el azul y la escarcha, las orejas tiesas de mis cachorras y los ojos tristes de Urko. Seguiré queriendo con locura a mis hijos y procuraré encontrar esos instantes de felicidad que os deseo a todos.
Que nos sean propicios los tiempos venideros.
La foto es una paradoja más de la vida: "Dunas Nevadas" ¿Puede haber algo más incongruente?
1 comentario
Rafael -
Un beso, tarde, pero sincero.