Llegó

Así, un lunes por la mañana llegó el despido para J.
La cuestión es que uno más no importa, siempre y cuando ese uno no sea un allegado que está a punto de casarse con tu hija. Entonces la cosa cambia.
Comienzas a darle vueltas a la cosa. ¿Por qué a él? ¿Por qué ahora? ¿Cómo se las van a apañar con la hipoteca? ¿Y cómo les ayudo yo si casi no llego a lo mío? Y.... y así hasta el aburrimiento.
Hata que te cansas de darle vueltas al asunto y decides que les vas a ayudar en lo que puedas y que ya saldremos y que son malos tiempos, pero que todo pasa y que lo nuestro es pasar haciendo caminos. Y por encima del camino está el azul del cielo, que podemos verlo todos los días y que dice Koldo que la esperanza está ahí, a la vuelta de la esquina, que sólo tenemos que mirar bien y bonito para verla...
Si, quiero tener esperanza y quiero traspasársela a mi peque, que la necesita más que yo, que para eso está en el primer tercio de su vida y yo en el último...
Y quisiera ser tan positiva como se pueda ser, pero como que a veces me derrumbo. Y veo retroceder las aguas y abrirse el mar y dejar al descubierto un camino valdío, seco y pedregoso por el que transitar hasta llegar a la otra orilla para continuar, durante cuarenta años por el desierto... Eso sí, sin maná.
Asquito de crisis...
Va por ud., amigo Koldo.
2 comentarios
La dama -
el Koldo -
Centraos en lo importante: vosotros. Que os queréis. Que os vais a apoyar. Que afrontáis juntos todo lo que os pongan por delante.
Que el dinero en una p__a mi__da...
Que tú -por tu edad (como yo)-, mejor que nadie, sabe que los malos tiempos pasan... Que "el que resiste... ¡vence!"
La vida es así: hay que tomarla como viene.
Nunca rendirse.
No perder nunca la esperanza (es verdad: es de vital importancia; imprescindible; condición "sine qua non").
¡Ánimo!