Romero

Paseando esta tarde con los chuchos he visto una planta de romero con dos o tres flores recién abiertas. Para que luego digan que no hay cambio en las temperaturas. Estamos a mitad de noviembre y florece de nuevo el romero...
Yo, que andaba melancólica, he alzado los ojos del suelo y me he quedado contemplando la ladera opuesta. Los robles están amarillentos y junto a las oscuras encinas y los pinos me daban una imagen otoñal de esas de postal...
Y he dejado de rumiar mis amarguras (hoy andaba así, amargada) para llenarme de colores y olores.
Lo malo es que los olores eran los del abono de caballo que habían esparcido por el campo.
Y así, con una hermosa imagen y un pésimo olor ha terminado el paseo. Entre la belleza y el hedor.
La vida es lo que tiene, dos caras en la misma moneda. A veces ves las dos a la vez, cuando la moneda cae de canto...
Ahora me toca bañar a Urko, que se ha restregado, muy feliz él, en esa esencia que tanto le atrae. Como buen cazador lo hace para disimular su olor. Pero a mí me obliga a bañarle si no quiero que impregne la casa de tan "delicado" aroma.
Y con esas y otras, descubro que la tristeza ha dejado paso a una irónica sonrisa. Menos amargura y más champú...
2 comentarios
La dama -
Por otro lado acabo de cenar setas rehogadas con jamón. Setas de las buenas, recogidas por un experto. Y encima me las ha dado ya guisadas... Toda una alegría.
ciudadanoNick -