Blogia
casiazul

Redes sociales

Redes sociales

Ando apabullada, como bien sabéis, por lo del fracaso de este curso. Mi querido Koldo me dice que compare mis resultados con los de mis colegas. ¡Soy la que más les aprobaba! Hasta que me he dado cuenta de que así no podía seguir. Por animarles y estimularles les dejaba pasar... Y resulta que no, que así se creían que lo estaban haciendo bien.  He parado en seco. Les he dado lo que en justicia se merecen. Pero no ha bajado ningún padre a preguntar por el "bajón" de su hijo. ¡Ni uno!

Eso sí, me he enterado que una de mis alumnas, a la tierna edad de siete años, tiene su perfil en Facebook. Y que lo maneja. Apenas sabe leer y menos escribir correctamente, pero sus hermanas se han ocupado de que sepa jugar en la red. Todo ello con la aquiescencia (¿de donde habré sacado esta palabra?) de su madre, que también está en dicha red.

La profe de Inglés se está planteando abrir un "perfil" específico para sus pequeños alumnos. Dice que tal vez así pueda recordarles cuando hay control y que deberes deben hacer. Y ya puestos, que los hagan en la red, por que en los cuadernos no hay manera.

Sinceramente, me siento sobrepasada con todo esto. Y me da la sensación de vivir en otro mundo, como decía en la entrada anterior.

Creo que ya no me valen los viejos esquemas pero no consigo entender los nuevos. Por eso le planteo a mi hijo la siguiente duda: ¿Debo adaptarme yo a mis alumnos, que no llegan ni a imberbes por la edad (son niños de hasta doce años, ¡carajo!) o ellos a mí?

Que alguién me lo explique, por que mi cabeza no da para más.

Y hasta aquí las tribulaciones de una vieja maestra, que se siente impotente ante la que se le viene encima: ¡la pizarra digital!

  

2 comentarios

pau -

Hoy hablaba con un amigo...
Mi hijo, me decía, es un vago, estudia poco y anda todo el día enganchado al Facebook, al...
Su hijo tiene la friolera de 25 años, es hijo único, va a a la universidad y tiene todo lo que quiere.
Le he aconsejado, claro que sí, es lo que esperaba después de hablar de nuestra juventud, de lo distintos que eramos y somos, de lo que nos costó...
La sociedad es lo que es y contra eso no podemos hacer nada. De todos los que tienes, con suerte sobresaldrán tres o cuatro; el resto, también con un poco de suerte, serán del montón y vivirán más o menos bien; alguno no la tendrá o se la buscará mala, se pegará un castañazo y lo superará por su esfuerzo.
Eso es como la economía: los países emergentes son el futuro y hay que invertir en ellos. Los hijos de inmigrantes, esos que deben pelear por un rato de tranquilidad en su casa para estudiar, que buscarán un trabajo nocturno, que nuestros hijitos rechazan por cutre, para pagarse los estudios.
Mi amigo tiene internet, el mejor; le paga un sueldo a su hijo, elevado porque puede permitírselo. Le he aconsejado que deje el abono y que le vaya reduciendo el peculio paulatinamente. El tiempo hará el resto, eso si aún queda.
No me hará caso, solo quería oír lo que ya sabe.

Las cosas no han cambiado nada, es lo mismo de antes, de hace dos mil años o solo cuarenta. La pizarra, el lápiz, el papel... Pretender utilizar Facebook para así conseguir su atención es entrar en su juego, en su excusa para no dar golpe. Son ellos los que deben entrar en el nuestro, y si no quieren, ya saben... hay gente esperando su oportunidad.

Koldo -

La verdad es que todo lo que pueda decirte siempre será desde la teoría o el sentido común. Mis recuerdos de la infancia están ya demasiado lejanos. Mi escolar-infancia me sospecho no se parece en nada a la actual. No soy profesor. No tengo hijos...

De alguna forma, me da la impresión, tenemos a los críos fascinados con la informática y todo ese infinito mundo de lo virtual, de los avatares de uno mismo y de los demás.
Por lo que cuentas (y oigo por ahí) seguro que os harían mucho más caso, efectivamente, si os dirigiérais a ellos (y ellos a vosotros) a través de un ordenador y escribiendo en una pantalla led que directamente en el aula y escribiendo en cuadernos y pizarra.
A lo mejor, habría que ejercitarse algo en la técnica del yudo y aprovechar para tu causa (escolar) sus infinitas energías cibernéticas... Vamos, que un poco por aquí y otro poquito por allá: compaginar boli y adsl y que estén atentos y aprendan.
El blanco/negro casi nunca nos llevaría a buen puerto.
¡Qué curioso! Mi profesión lleva re-inventándose muchos años (ya te dije que llevo más de 35 en activo); pero la tuya también: aunque, por fortuna para vosotros, no os enfrentáis a "verdaderos" clientes. Y el cariño y la paciencia son necesarios.
Hay muchos sitios en los que, en un momento dado (como esos seres ficticios que consiguen hacerse invisibles y pasar desapercibidos) me gustaría poder estar presente y observar y enterarme y aprender. Uno de ellos, precisamente, sería el de un aula actual(para aprender de los niños, de su proceso de aprendizaje, de lo que sienten y viven). Curiosamente, también me gustaría poder estar ahora (con mis más de 50 años) viendo realmente cómo fueron mis propios años de escolarización. No sé por qué...
En cualquier caso, que sepas que me das mucha envidia: no veas tú qué diferencia entre convivir con niños, explicarles, enseñarles, ayudarles, ver cómo van progresando contigo... Que con mis rollos. Yo, si acaso, me acordaré de algún cliente... como persona. Lo tuyo siempre fue especial: yo aún me acuerdo con mucho cariño de los profesores que realmente nos enseñaron, aunque ya no recordemos qué. Vosotros lo sabéis. ¡No hay color!
En cualquier caso, hay que tener cuidado con los cambios de criterio: sean justos o injustos, despistan y desorientan mucho. Curiosamente, nos dices que ni se han "inmutao"... ¡¡Qué fuerte!!
En cualquier caso, seguro que ya has salido de otras peores. No hay nada -en enseñanza- como la experiencia.