30 kilómetros a la redonda (II)

La cifra sigue subiendo, la radiación se sigue extendiendo.
La vida continua, pese a todo. Y la hermosa nevada de pétalos debe ser ahora un bálsamo para el dolor de los rasgados corazones.
La belleza, siempre lo digo, siempre lo diré, la belleza es efímera, inútil, sencilla y universal. La belleza nos redime del dolor, de la obscuridad, de la barbarie.
Escribo desde un bar, en el pueblo, donde la red funciona a velocidad adecuada. Los paisanos hablan, la televisión me taladra la nuca, y, aún así, no pierdo la ocasión de subir esta foto que vale más que mis mil palabras de turno.
He bajado al bibliobus, he sacado cinco libros, más los cuatro o cinco que enadan por la mesa... ya tengo lectura para un mes. Ya iré comentando alguno de ellos. Prometen.
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pau -