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casiazul

Desde las estrellas nos miran

Desde las estrellas nos miran

He mirado, por curiosidad, en qué día de la semana caía tal día como hoy hace diez años. En martes. Me recuerdo viendo la televisión asombrada. Como siempre tardé en ponerla. Alguien me llamó por teléfono para decirme que si lo estaba viendo. ¿Viendo el qué? Viendo en directo la muerte y la destrucción. Si algo me sorprendió en ese momento fue el silencio absoluto de las imágenes. Es sorprendente como la ausencia de sonido hacía más intensas las imágenes.

Nunca entendí por que se censuró la banda sonora del desastre, sonidos que todos conocemos de las pelis americanas. Esa ausencia de referencias sonoras daba un gran espectáculo al estilo americano. Con sus exageracinones en cifras de muertos (bastantes fueron, demasiados) y sus especulaciones.

Y cuando todo acabó, con esa caida literal y metafórica de los dos gigantéscos edificios, del orgullo de una nación, del simbolo del poder econcomico de un país, apagué la tele. Apagué la realidad, como siempre hago.

Esa noche, como tantas otras, miré a las estrellas. Entonces no estaba Urko para acompañarme, como tampoco está hoy. Ni Frodo, ni las hembras. Ningún perro andaba entonces a mi lado para contemplar un espectáculo que se repite todos los días. Así que las ví en el silencio de la noche, en un patio minúsculo en comparación con el jardín que ahora tengo. 

Y me viene a la cabeza el desastre del Japón, también terrible.

Creo que todos los muertos tienen que terminar ayudando a brillar a una estrella. Sobre todos los muertos inocentes, los niños y los perros. Porque sí, hay muertos inocentes, que se encuentran en el lugar menos adecuado y en el tiempo más inoportuno.

Pero como siempre digo, nuestro destino está escrito en las estrellas, esas mismas desde las que nos sonrien los buenos hombres, los niños y los perros y los gatos que murieron sin saber por qué.

Es lo que tiene el destino caprichoso, que no hay reglas a las que se pueda ajustar...  

1 comentario

Koldo -

...Esas mismas estrellas de las que nosotros mismos estamos hechos... Porque somos "polvo de estrellas", como -creo- decía mi idolatrado Sagan.

El destino es caprichoso siempre... por más que queramos y pretendamos darle un orden lógico, una explicación; incluso una justificación. No existen lógica ni explicación ni justificación. Tienes razón.

La vida cada vez me resulta más subrealista, más nihilista... más absurda e incomprensible. Aunque, en realidad, eso es, precisamente, lo que más me fascina de la vida... Nunca te puede llegar a aburrir: siempre te sorprende; nunca acabo de perder mi capacidad de asombro...

http://www.elpais.com/vineta/?autor=El%20Roto&d_date=20110920&anchor=elpporopivin&k=Roto

Besos.