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casiazul

Menta

Menta

Los treinta kilos de Menta se me suben a las piernas cada vez que estornudo o toso. Me intenta lamer la cara (no les dejo, salvo que me pillen a traición) y se pone nerviosa. No sé que pensará que me sudede, pero es inevitable. Si está cerca de mí se lanza a "consolarme" o lo que sea que cree que tiene que hacer. Es una reacción que sólo ella tiene. Si estoy en el patio y está lejos, fuera de mi vista, aparece al poco y se abalanza sobre mí.

Menta es joven y aún no ha sido madre.  Tiene una cara preciosa, pero anatomicamente no es perfecta. Tiene el pecho demasiado estrecho y las patas delanteras se le juntan demasiado. Su pelaje tampoco es espectacular. Sería una perra poco llamativa en un concurso, una más del montón.

Pero tiene otras facetas que la hacen encantadora. Juguetona, sociable, sumisa (lo que más bien es un defecto)  con ese olor a menta fresca que insinua su nombre.

Cuando juega con Urko es una fiesta de mordiscos, carantoñas, saltos y gestos de perruna felicidad.

Ella, Menta la imperfecta... y deliciosa Menta.

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