Blogia

casiazul

Clásico

Clásico

Doy por concluido el verano. He terminado el clásico que he estado leyendo durante todos estos meses en los que el calor acariciaba la piel y el sol hacía de las suyas. Ahora sí que ha terminado esa larga estación que me ha traído y llevado por los caminos de la felicidad y la desesperación (según el ánimo de cada momento). "Soy un gato" ha sido mi libro de cabecera, el de los atardeceres suaves y el de los últimos y gratos soles del inicio del otoño. Hoy he visto como su autor acababa con la vida de ese tierno minino. De alguna forma tenía que terminar y, desde luego para un gato sin nombre, nada mejor que una muerte estúpida. La metáfora está servida... Es un libro denso, esperpéntico por sus personajes, incisivo por sus reflexiones y muy cruel con la raza humana. Un análisis que se puede aplicar a estos tiempos nuestros, lo que le hace ser un libro clásico, que se podrá leer dentro de otros cien años y seguirá teniendo sentido. Por que los hombres no cambian, aunque lo hagan sus circunstancias... Lo esencial del ser humano está aquí, frente a la mirada inquieta y socarrona del gato anónimo y frente a nosotros, actores y espectadores a un tiempo de la vida y sus avatares. ...................... Pido disculpas por los atroces desaguisados (ortográficos) de las últimas entradas. Mi cabeza a veces no está por lo que está... ................. Y entre gatos, perros, algún viaje y filosofías baratas sobre la vida, he leído un montón de libros y comics este verano, que ha sido fructífero en lecturas y en la cosecha de la huerta. ¿Qué más puedo pedirle a un verano?

Jerry, mi querido Jerry.

Lucía

Lucía

Me manda una compañera las primeras imágenes de Lucía, 26 semanas.

Y recuerdo mi primera maternidad. Las ecografías eran en blanco y negro, sólo las veía el ginecólogo y si te giraba la pantalla a lo más que acertabas era a ver unas manchas blanquecinas y contrastes negros y grises. Le escuchabas como te decía que ese punto era la cabecita y que medía tantos centimétros, que estaba todo bien. Y yo me quedaba asombrada, no de lo que veía, que no veía nada, la verdad, sino de que el médico pudiese traducir las líneas y las manchas.

Hace poco le hicieron a Farah un escanes del bazo... Y por más que me lo imaginaba, no había manera de que aquella mancha que se movía por la pantalla me pareciese un bazo...

Pero, independientemente de lo que pueda ver o no, me sorprende el envío de las imágenes.

Hace mucho tiempo, algo así como 32 años, yo veía a mi peque entre brumas y ahora, sin pudor, sin miedo, con un orgullo apabullante, una madre te muestra lo que lleva dentro.

Entonces rezabas para que todo saliera bien (veinte dedos y la cabeza en su sitio...) Y esperabas 40 semanas, arriba abajo,  para saberlo. Ahora puedes fotografíar hasta el último detalle del bebé. Ya no es una "feliz" espera analógica y con su reposo, es un ir y venir digital, detallista, sin sorpresas.

Supongo que lo vivirá con la misma ilusión que yo, pero con más tecnología...

 La imágen no es de Lucía, está en la red. Me resulta sorprendente.

Rosa rosae

Primera declinación en latín. Una de las canciones de Labordeta que más me gustan.

Su nombre siempre está asociado a las vacaciones que pasabamos en Ansó y Hecho, dos pequeños pueblos del Pirineo aragonés. Dos valles perdidos en el fondo de las montañas, cercanos a Francia y a Navarra. Ansó es el último valle aragones. Una serpenteante carretera nos llevaba hasta la linde con Navarra. Una cornisa pequeña entre dos valles, donde nos parabamos al ir o al volver de Isaba y el valle del Roncal, que nos atraía todos los años como un himán de belleza.

En el coche, siempre, al entrar en la provincia de Huesca, Labordeta nos hacía amar su pobre y abandonada tierra. La conocíamos en toda su extensión, desde Lerida a Navarra, de los Monegros al Moncayo.Hasta los pueblos más pequeños, esos que ni salen en los mapas, "los chicos de Plan, estan en un plan..." nos sonaban a alboradas, nanas y cantos guerreros.

Mi marido y yo cantando a voz en grito, sin saber muy bien sus multiples y políticas lecturas, sus marchas y sus baladas. Y los hijos haciéndonos callar por que "lo haceís muy mal, papá, dejadnos oír..."

Y recuerdo una hermosa canción de amor cantada en frances...

No entro en nasa más. Ni política ni cazurrería. Lo único que sé es que cuando he tendio el orgullo y el placer de verle actuar en directo, he vibrado con su presencia y su voz. Si Les Luthiers son los amos y dueños de nuestras risas, él era el señor de nuestros veranos. El Señor... que nos guiaba por su tierra y sus sones.

A ver que le canta ahora al otro, al que está allá...  ¡Supongo que las cuarenta! ¡No podrá ser de otra manera!

"Y esta albada que te canto, es una albada guerrera, la albada de los que luchan por los que se fueron afuera...

Todos estamos a un paso de ese "fuera", él ya lo ha dado. ¡Buen canimo, mochilero, a descubrir el universo, provinciano universal...

Cogí del bibliobus, este jueves, su libro sobre su estancia en las cortes. Cosas que pasan. Lo leer desde otra mirada, la mirada del que se fue.  

Sobre la eutanasia

Sobre la eutanasia

La verdad es que a veces hago cosas que me obligan las circunstancias, pero de las que no me siento nada orgullosa. Esta vez ha sido un perro en su más esplendorosa juventud. Un perro que atacó sin previo aviso. Un perro joven y robusto, vital y amable. Algo se rompió en su cerebro. Algo muy gordo que le indujo a morder a dos niños. Sin avisos, sin señales previas que delatasen su estado de inestabilidad.

Ha sido un suceso de los que se ven en la tele y en los periódicos, una de esas noticias a las que tanto jugo le sacan los alarmistas y los que no saben de que hablar.

Pero todo ha quedado en casa, entre mis amigos y yo.

Por un lado el dolor de sacrificar a un animal que había nacido en casa, que se había criado con otros perros y con los niños de la familia. Un perro noble y feliz.

¿Quién sabe qué pasó por su cabeza para atacar así al pequeño? No lo sabremos nunca, Lo único cierto es que todos lo pasamos fatal, primero por los niños, luego por el perro. Pero hay cosas que se deben hacer y cuanta más humanidad utilicemos en estos casos, más humanos seremos. Fue inevitable sacrificarle. No se le podía aislar. No se le podía llevar a ningún lado con esos antecedentes. Y estaba el riesgo de que volviese a atacar a cualquiera.

De nuevo me enfrenté a la suave y dulce muerte que supone la inyección de anestesia que se aplica en estos casos. Su corazón se fue parando poco a poco mientras un suspiro de descanso salía de su garganta.

Y me ha hecho pensar en el escabroso tema de la eutanasia humana. Esa que demandan tantos enfermos terminales y que tan difícil es de aceptar por la sociedad.

Yo quisiera para mí ese final. No es una cuestión de ética o moral, es una cuestión de humanidad... Si la tenemos para con los animales, ¿por qué no tenerla con las personas que así lo deciden?

Hace tiempo que los medios no sacan el tema, ya no está de moda... hasta la próxima vez, que se generará otra polémica para seguir todo igual, chocando con la intransigencia de aquellos que se creen dueños de las vidas y los sentimientos ajenos.

La vida no es justa, lo sé, pero es bella..., la muerte, por más que nos la endulcen, jamás será hermosa, pero es el punto final de la vida, nos guste o no.  

De azul y blanco

De azul y blanco

Trae mi peque imágenes del Mediterráneo. Montones de imágenes... Lo de las cámaras digitales me tiene fascinada. Cabe el mundo en ellas.

Ha venido de su viaje entusiasmada. Y yo feliz de que haya visitado los lugares donde nació nuestra civilización. El mundo griego, el origen de tantas cosas...

A través de sus ojos veo lo que hace muchos años soñaba con ver. Para mí esos viajes ya son demasiado pesados, demasiado largos. Pero en su cámara me ha traido atardeceres marinos, bazares turcos y su mirada, joven y espectante ha desgranado las pequeñas esencias del pasado glorioso y del futuro inminente.

Y mientras en la cocina esterilizo botes de cristal para envasar mis rojos tomates, me delito con la vista del azul cantado por Serrat. Y resuenan en mis oidos los versos de Espronceda: "A un lado Europa, al otro Estambul..."

Mientras que en mi recuerdo retengo el verde norteño, ella me trae el amado azul.

 

Madurando

Madurando

La pequeña huerta está dando sus frutos. Calabacines, pimientos y pepinos ya han caido en la cesta. Ahora, tardíos, como siempre, empiezan los tomates a madurar.

La cosecha ha sido muy buena, no como el año pasado, y es que todo tiene su explicación.

Llevo dos años mejorando la tierra. Añadiendo a la seca arcilla y la blanca caliza abono y sustrato enriquecido. Arena que la airee y alimento que la nutra.

Los melones y las sandías tardan más aún que los tomates, que ya van pintanto tonalidades rojas en sus brillantes y redondos cuerpos.

............

El tiempo se desliza suavemente, se acaba agosto y septiembre me devolverá el sonido de los niños en el aula.

Pero antes me queda por ver el verde de los paisanos, el azul frío del Cantábrico. Una escapadita al norte... que voy a agradecer despues del agitado verano, poco gratificante, es cierto, con sus buenos momentos, pero un tanto anodino...

...........

Añado un enlace a mi corta lista. Es la de mi asesor particular, el que me guía por los mundos de la música y del comic. Se ha lanzado a la aventura del blog... ¡Mi amorcito...!

Fugaces

Fugaces

Durante varias noches he salido a ver las lágrimas de San Lorenzo. Me tumbo en la acera de las perreras, caliente el cemento del sol del día. La relativa oscuridad que me da la casa me permiten ver la Vía Lactea marcando el camino del infinito y más allá. Espiar a las estrellas fugaces tiene su encanto. Es como el juego del escondite. Recorro el arco del cielo así, como sin quererlo, sin fijar la vista en nada en concreto. Y ellas se escabullen entre la negrura, dejándome ver solo el rastro rojizo y tenua de su cola. Este año no he podido verlas demasiado bien. Apenas una pequeñas y rápidas ráfagas de luz cruzando el cielo.

Esta vez no he subido a la colina con la manta y toda la noche por delante para verlas, atraparlas en el recuerdo. Este año no he tenido ganas de permanecer hasta el amanecer mirando un cielo negro y profundo. Me digo que el próximo año haré de nuevo el peregrinaje que  durante tantos años ha sido una fiesta para los sentidos.

Ver el amanecer frío de agosto bajo la luz de las estrellas. Me digo que habrá más días como esos. Pero una voz me dice que lo que no haga hoy no lo podré hacer mañana. Nuestra vida es tan frágil e insegura...

Aún así tengo la sensación de que tendré más noches de San Lorenzo para disfrutarlas. Y si no es así, las que he vivido compensan las que no viviré...

Fugaz es la vida del hombre sobre la tierra, que dijo alguién.

 

Azul mar

Azul mar

Justo el día del Carmen paseabamos por las playas próxmas al cabo de Gata. Playas blancas, arena fina. Rectas y casi vacías...

Frodo jugaba con las olas, las mordía, las perseguía y salía corriendo, como los niños pequeños.

Yo salí llena de arena, desesperada de esos pequeñoa granos de conchas milenarias deshechas por el tiempo y el agua.

El azul del agua me tiene quieta en la silla. La brisa marina es suave y húmeda. El yodo se ve, se saborea...

Pierdo mis pensamientos en pasados días junto al mar. La belleza la encuentro en la tremenda distancia que va de una visita a otra. Verlo después de meses, años, es como el rencuentro con un viejo amor del que se guarda un grato recuerdo.

No nos hemos olvidado de ninguno de su rasgos. Sigue siendo el mismo seductor que nos atrajo a sus brazos para inundarnos con su espuma oxigenada y ligera. Reconocemos su amor infinito e intuimos su violencia oculta.  Es el mismo que dejamos hace tiempo y el mismo al que volveremos cuando podamos.

Disfruté de unas horas de relajación total con la simple contemplación de las aguas tranquilas y azules. Ahora me pertenencen, pera verlas este invierno, al calor de la chimenea... Parece que no va a llegar el invierno, pero la luz del sol está cambiando sutílmente ya. Un amarillento imperceptible se está apoderando del aire. El otoño no está tan lejos como parece...

 

Paisajes

Paisajes

Frodo no lo sabe, pero está mirando los mismos olivos que miraba Don Antonio Machado hace ya muchos años. Se asoma a los olivares de Baeza, donde la mirada del poeta se perdía en el verde ceniciento.

Me sirve de cicerone un viejo fumador de marihuana, como se define él mismo. No podría, de todas formas, negarlo. Sus dientes, su aspecto, no dejan lugar a dudas. Ha vivido una vida intensa, pero machacada por la droga. Al final regresó a su tierra, donde, según dice, mejor se está, pese a que nadie le quiere.

Se asombra de que haga fotos a pequeños rincones que no le dicen nada, pero que a mi me parecen hermosos en su sencillez.

Una esquina, los cuatro farolillos de una plazoleta con su fuente y su escudo... Me fijo por igual en los grandes caserones renacentistas y en las pequeñas y blancas esquinas de casas humildes. A él le parece que hay cosas más grandes, importantes, dice. Pero yo le comento que me gusta esa ventanuca, aquel banco de madera, el reboque de la cal tapando los desconchones... Tenemos distintas visiones de lo mismo. Me habla de la política y los políticos que están destrozándo su pueblo. En todos lados cuecen habas, amigo.

Despues de llevarme al parque y señalarme donde puedo comer bien y barato, se marcha en busca de su amigo, con el que quiere bajar a Granada a un concierto. Y se aleja por los soportales, con su vida a rastras y una sonrisa de almena de castillo, feliz de haberme acompañado y de que Frodo le haya hecho dos carantoñas.

"Buenas gentes, que caminan..." Ya lo dijo el poeta...

Frodo en el mirador Antonio Machado, en Baeza.

Chapuzas veraniegas

Chapuzas veraniegas

Caemos en todos los tópicos... En un momento u otro, aquello que criticamos lo metemos en nuestra casa.

Ando de chapuzas veraniegas, esas que impiden dormir la siesta al vecino, que llenan las escaleras y el ascensor de polvillo yesero y acaban con los nervios del personal.

En mi caso no es para tanto. Sólo trabajan por la mañana, unas tres horas al día, con la fresca. Luego es imposible que hagan nada. Se deshidratan a ojos vista... ¡Pobres albañiles en ferragosto...!

Me ha dado este verano por hacer un par de obras pendientes, de esas que da lo mismo hacerlas este año que el que viene: Cerrar un armario y abrirlo por la otra habitación y afianzar las verjas de las perreras. Y en ello andan mis  "Benito y Manolo" particulares.

Al menos estas obras no molestan a nadie, no como las de la nacional de Andalucía, que tienen cortado Despeñaperros... ¡Vaya subidita que nos dieron!

Anduve por los olivares de Jaén, colinas y colinas de verde ceniza... Frodo disfrutó como un enano, pese a la "caló" que sufrimos. Eso lo contaré el próximo día.  

Apabullante

Apabullante

Así va a ser el calor que nos depara Helios este verano.

He comenzado el descanso veraniego con el cuerpo de "jota" por culpa del calor.

Cuando se va el sol, gracias a Dios, la humedad del valle me da unas horas de respiro. Todo lo que de frío tiene el invierno en estos lares, lo tiene de suave en las tardes-noches del verano.

Terminé el curso con más disgustos que glorias. Es lo que tiene sentirse tan agotada tras un año de trabajos esforzados pero infructuosos. Que lo veo todo desde el lado más gris.

Y Urko sigue a mi lado, "empastillado" pero aguantando el chaparrón.

Como no ando demasiado activa, por lo del calor, ni ganas tengo de escribir... Eso sí, leer, todo...

Lluvia en junio

Lluvia en junio

Lleva tres días lloviendo. La temperatura ha caido más de 15 grados. Y hoy, sábado, llueve intermitentemente. No puedo salir al jardín, no puedo pasear con los perros y en la tele no hay nada que ver, pese a los tropecientos canales que se ven. Pongo la película que me han dejado, con el comentario "te va a gustar".

Dependiendo de quien me lo diga le creo. A él siempre le creo. Me conoce demasiado bien y me ha gustado. Lo que me recuerda que una vez me dijeron que era demasiado elitista. Demasiado exigente con los demás a nivel intelectual. Eso me hizo reflexionar y llegué a la conclusión de que el tiempo es demasiado precioso como para perderlo en cosas que no me aporten nada.

Diferente es que el cuerpo o la mente me pidan distración pura y dura, risas simples y refrescantes. Y aún en esos momentos soy muy selectiva.

A lo que iba: El jueves me llevaron al cine. Ella quería ver Sexo en Nueva York 2. Yo prefería Alicia, la de Tim Barton. Como ella era la que invitaba y la que estaba malita, accedí. Sin comentarios... ¡Lo que se hace por los hijos!

Hoy he visto en mi salón algo que no sé como clasificar, pero que, como me dijo él, me ha gustado: Las invasiones bárbaras.

Gracias, hijo, por el consejo.

Una película llena de referencias literarias, políticas, sociales pero, sobre todo, una reflexión sobre la vida, su sentido y su fin. Varios de los comentarios se me han quedado en la cabeza: "Tal vez no es esta vida lo que tienes miedo de abandona, sino los recuerdos de lo que has vivido". Más o menos...

La recomiendo para una tarde de lluvia, como la de hoy. Un canto a la vida desde el final de la vida.

.................................

Recuperación

Recuperación

No, no es de la económica, que esa no sé si llegaré a verla, dado como van las cosas. Hablo, cómo no, de mi pequeño Urko. Le hemos cambiado el tratamiento y ahora le vamos bajando la medicación. Y se ha recuperado bastante. No sé por cuanto tiempo, pero el que sea, lo estoy disfrutando. Ha vuelto a saludarme efusivamente a mi regreso. Sale a ladrar ferozmente al perro del vecino y  disfruta con los paseos.

.........................

No he ido a la huelga, lo reconozco.  Tengo mis razones, que vienen de antiguo, allá cuando era joven y participé en alguna que otra huelga. Viendo los resultados y el caso que nos hacían, opté, hace mucho tiempo, por no entrar en huelgas de un día, no sirven de mucho. Eso sí, proponedme una huelga indefinida, de esas que hacen "pupa" y pediré dinero prestado para hacerla. Por que me quitaran medio mes de sueldo, como poco.

Estoy oyendo estos días tales burradas respecto a los funcionarios, que casi consiguen hacerme dudar de que alguna vez haya trabajado. Debe ser que me he pasado treinta años tomando cafetitos, saliendo pronto y entrando tarde a mi trabajo y yo sin enterarme.

En fin, que Urko mejora y sus gruñidos de felicidad me hacen olvidar mi condición de trabajadora favorecida y privilegiada, a la que no afectan las subidad del IPC, la bajada de su poder económico durante muchos años y los grandes privilegios que he disfrutado a lo largo de mi "muelle" vida...

Lo dicho, no iba a hablar de economía...

De la otra crisis

De la otra crisis

Después de muchos días grises, hoy he visto el azul del cielo. Empezaba ya a ponerme de mal humor tanta lluvia y tanto gris.

He salido después de comer al jardín con Urko. Le he tenido que bajar de sofá en brazos y obligarle a salir. Sigue luchándo contra su enfermedad, pero todos sabemos que ya está vencido. Es cuestión de tiempo y de que yo tome la dolorasa decisión de acabar con sus días. Cuando se acurruca a mi lado y se queja quedamente me invade una tristeza enorme.

Su salud aún es pasable, pero cada día está un poco más decaído. Aún tiene arrebatos vitales, pero la tónica es el deterioro lento de su pequeño cuerpo.

Esta es la crisis que más me preocupa. La otra ya me ha llegado, pero me duele menos. Simplemente me ha hecho pensar un poco en el sistema aborrecible que tenemos, en los rehenes de la economía en que nos han vuelto y en que mi dinero retenido no irá a ayudar a nadie en concreto sino a pagar una deuda que yo no he contraído. Pero como no entiendo de grandes economías y sí de grandes especuladores, me limito a pillarme un rebote de mucho cuidado y a verlas venir, que no queda otra, de momento.

Veo a Urko tumbado al sol, cerca de la puerta. Le sentará bien.  Me voy con él para disfrutar del verde de los paraísos y el viento que los mueve. Hay cosas que no podrán comprar...

Honor

Honor

"Miro los muros de la patria mía..."

Lo que se puede hacer por amistad. Un conocido me pidió como favor que le revisara unos textos que había escrito hace tiempo. Le dije que sí, sin dudarlo. Y me he encontrado sumergida durante dos días en unos versos llenos de patriotismo. De ese ese patriotismo que no entiendo, que siento tranochado, que se perdió hace ya tiempo.

No hablo de la derecha ni de la izquierda, hablo del honor y la patria, de símbolos, sangre, caminos, parejas vigilantes de caminos.  Me han llevado a los años cuarenta y cincuenta y a los setenta. Me han recordado muertes inútiles por ambas partes, por la de los buenos y la de los malos. Los buenos siempre son los buenos, no queda otra.Son los que me cuentan la historia.

  Lo curioso es que siendo un tema tan alejado de mis sentimientos (los versos no son fríos, pero a mí no me conmueven) he sido capaz de darles una cierta coherencia, una estructura que ya estaba, pero sin pulir. Ha sido una cuestión técnica, pero a veces, lo reconozco, sentía ganas de dejarlo. ¿Cómo hacer que esas palabras sonaran bien? Si no las creía, si me parecían, incluso, falsas a veces.

Eso sí, escuchaba a Lorca detrás de las voces de esos civiles... Y me he quedado con la idea de que pese a todo, la poesía es un arma muy cargada, si hasta los "buenos", sin saberlo, se han dejado influenciar por la voz del poeta. Mi conocido no recuerda haberlo leído, pero me dice que puede ser. Estoy segura de que fue así. Eso o que los tricornios llevan detás de sí una forma de quedar descritos, un estilo lleno de caminos, albas, sangre y bandoleros...

Terminé el trabajo. 

Romero

Romero

Vengo con dos ramas de romero del paseo vespertino. El sol, tras una ligera neblina, no nos atormenta aún, pero el calor ya ha hecho su presencia. Jadea Urko, que aún enfermo, tiene ganas de corretear, pero menos.

Y entre ir y volver pienso que la vida nos da y nos quita a su antojo.

........................

Hoy una madre me habla de otra y suelta, tan feliz, algo sobre denuncias al tribunal tutelar de menores. Y yo, para mis adentros, pienso "Le dijo la sartén al cazo: apartate que me tiznas..." Porque ella está a un paso de denunciarla a los servicios de asistencia social...

En este caso lo de la viga en el ojo propio y la pajita en el ajeno está más que acertado.  Me da por pensar si todos no andaremos un poco ciegos respecto a nuestros errores y con vista de lince para los demás.

..........................

Mis lilas, tardías, están ya en el jarrón del salón. Las blancas, pues las moradas aún se lo están pensando. Son hermosas estas flores, que comienzan a morir antes de haber terminado de nacer. Siempre me han resultado muy atractivas.

..................................

Y la nave va...

 

Redes sociales

Redes sociales

Ando apabullada, como bien sabéis, por lo del fracaso de este curso. Mi querido Koldo me dice que compare mis resultados con los de mis colegas. ¡Soy la que más les aprobaba! Hasta que me he dado cuenta de que así no podía seguir. Por animarles y estimularles les dejaba pasar... Y resulta que no, que así se creían que lo estaban haciendo bien.  He parado en seco. Les he dado lo que en justicia se merecen. Pero no ha bajado ningún padre a preguntar por el "bajón" de su hijo. ¡Ni uno!

Eso sí, me he enterado que una de mis alumnas, a la tierna edad de siete años, tiene su perfil en Facebook. Y que lo maneja. Apenas sabe leer y menos escribir correctamente, pero sus hermanas se han ocupado de que sepa jugar en la red. Todo ello con la aquiescencia (¿de donde habré sacado esta palabra?) de su madre, que también está en dicha red.

La profe de Inglés se está planteando abrir un "perfil" específico para sus pequeños alumnos. Dice que tal vez así pueda recordarles cuando hay control y que deberes deben hacer. Y ya puestos, que los hagan en la red, por que en los cuadernos no hay manera.

Sinceramente, me siento sobrepasada con todo esto. Y me da la sensación de vivir en otro mundo, como decía en la entrada anterior.

Creo que ya no me valen los viejos esquemas pero no consigo entender los nuevos. Por eso le planteo a mi hijo la siguiente duda: ¿Debo adaptarme yo a mis alumnos, que no llegan ni a imberbes por la edad (son niños de hasta doce años, ¡carajo!) o ellos a mí?

Que alguién me lo explique, por que mi cabeza no da para más.

Y hasta aquí las tribulaciones de una vieja maestra, que se siente impotente ante la que se le viene encima: ¡la pizarra digital!

  

Limbo

Limbo

Anda el patio muy revuelto. Y yo aquí, en mi isla...

Veo el mundo a través de la tele y la radio. Poca prensa, lo reconozco.

Y cuantas más informaciones me llegan más insolidaria me vuelvo. Más me escondo, cual avestrud, para no ver, para no saber.   Eso no impide que fuera todo ande revuelto, sucio, al borde del caos.

¿O siempre ha sido así?

No sé si la ignorancia es buena, pero para algunas cosas mejor no saber. Por ejemplo, para dormir a pierna suelta, para no tener miedo de los ladrones (llamado inseguridad ciudadana), para no conocer la corrupción (llamados políticos corruptos), la avaricia (llamados empresarios corruptores), la lujuria desenfrenada (llamados pederastas y violadores varios)... Para no pensar en la condición humana en su vertiente más oscura, (llamados asesinos de sus mujeres, creadores de guerras, movilizadores de oscuros intereses, traficantes de drogas, terroristas con bandera religiosa o política, intransigentes de lo sagrado...).  

Negar la realidad no la elimina, negarse a verla tampoco. Pero a veces, cuando nada se puede hacer, mejor desconocerla, es un alivio.

.......................

Oigo a los niños decir de aquellos que están despistados o en sus mundos maravillososo que "estás en los mundos de Yupi"

Tal vez yo me haya quedado en ese mundo de forma voluntaria. Por que cada vez que me informo se me revuelve el estómago, me duele la tripa y el corazón me da un vuelco. Y, la verdad, que me pase eso cada vez que veo un telediario o escucho las noticias es malísimo para mi salud.

....................

La gasolina sigue subiendo, de eso si me entero, todas las semanas.

.....................

No sé si estar en el limbo es bueno, pero como se le suele llamar el limbo de los justos, lo prefiero. Estar en un lugar donde la justicia no se cuestione por que es realmente justa. ¿Qué mejor sitio para vivir?  Tal vez no sean buenos el cielo ni el infierno, por aquello de los extremos. Tal vez sea mejor creer en el limbo y pedirse unas vacaciones en él.

Por si las moscas, de vez en cuando cojo a Frodo y me voy al paraíso.  Allí la amarillenta luz del atardecer me da un respiro entre las sombras de la noche y los grises de los días.

Otra de Urko

Otra de Urko

Urko duerme en el sofá, en su sofá. Gime y se agita. Lanza pequeños gruñidos agudos, casi lamentos. Tiembla todo él. No sé que sueñan los perros, pero cualquiera que les haya visto dormir sabe que lo hacen.

Mi triston está pasándolo mal. Y yo con él. El tratamiento de la lehismaniosis no está dando los resultados previstos. La quimio que se les da por vía oral no ha surtido efecto. Y eso es malo. Lo sé.

Cuando hace poco hablaba de la muerte de Comino no pensaba que iba acercándome tanto a mi propia muerte perruna. Esta enfermedad es imprevisible. Tiene demasiados recovecos por los que atacar. Los principales son el higado y los riñones.

Urkito lleva varios días inflamado, lo que me hace pensar en los riñones. Pero hasta dentro de un mes no podemos repetirle los análisis.  Y tal vez ya sea tarde.

Hace su vida más o menos normal, pero no me hago ilusiones. Es fuerte y duro, como buen mestizo, y por lo mismo, su caída será radical.  Cuando se vaya no sé quién me va a mirar con esos ojos que me interrogan y me dicen.  Los demás no son como él.  Urko es Urko, irrepetible, como todos los perros, como todas las personas...

Me voy preparando mentalmente, no me queda otra. Aún así, ¡cómo le quiero!

Este invierno, Urko.

Pretérito imperfecto

Pretérito imperfecto

A veces pienso en lo que pudo no haber sido.  No suelo imaginar lo que podría haber sido, eso no tiene sentido. Pero me intriga que habría sido de mí si no hubiese hecho, dicho o pensado como lo he hecho hasta ahora.

Ayer vi "Entre vivr y soñar". Me pareció una película menor, sencilla, tranquila. Pero me hizo recordar aquel primer amor, idealizado hasta el extremo. Un amor platónico, casi infantil. No llegamos a hablar jamás, pero nos veíamos todos los días, en clase. Yo era tan ingenua entonces como ahora, pero además estaba mediatizada por una rigurosa educación católica. Comenzaba a despertar a la vida de los adultos, pero aún me faltaban unos pocos años para  saber  diferenciar amor de atracción. Aquel muchacho era bello, literalmente hermoso. Y de esa belleza me quedé prendida. Años despues leí en un periódico provincial una noticia de sucesos escabrosos y oscuros. Y hablaba de él. Su vida había dado un giro tan violento que acabó con sus huesos en la cárcel.

Nuestra vida depende de lo que hacemos y de lo que no hacemos. Depende de un hilo de seda que se puede quebrar en cualquier momento. No creo en las casualidades, pero creo que lo que nos tenga que pasar nos pasará. Y no importa las decisiones que tomemos. En eso soy muy determinista. Como soy escéptica, no por naturaleza sino por experiencia. Lo poco o lo mucho que he vivido, me ha enseñado a no creer en casi nada. No me planteo la bondad o maldad de tal afirmación, simplemente la acepto.

Dicen que nos labramos el futuro. Yo creo que nos damos cabezazos contra el presente. Y la mollera se nos va endureciendo. Así aprendemos y nos amoldamos y aceptamos. Así sobrevivimos como podemos, sin hacernos ya daño con vanas esperanzas.

......................

Ya tengo el rosa pálido de las flores de almendro al otro lado de mis ventanas. Esa visión hermosa de los almendros me recuerda que tengo pendiente regresar al valle del Jertes, para ver el Monasterio de Guadalupe, que me lo "salté" la única vez que pisé esa tierra tan bella y olvidada. Espero que este año nos libremos de las heladas tardías y que los almedros den su fruto.

Van Gogh y su maravillosa visón japonesa.